“Nadie puede ser tan malo haciendo café”, narra cómo Angel –el protagonista– intenta revivir a través de yoga y meditación, momentos claves de su vida para reencontrarse con un amor perdido.
Amélie Poulain (Audrey Tautou) es una joven camarera que vive en París y que tiene una imaginación desbordante. Un día, encuentra una caja con objetos antiguos que pertenecían al antiguo inquilino de su apartamento. Amélie decide devolver la caja a su dueño y ver su reacción. Al ver la felicidad que le provoca, Amélie se propone hacer felices a los demás con pequeños gestos. Así, ayuda a sus vecinos, a sus compañeros de trabajo y a su padre, mientras se divierte con sus ocurrencias. Pero en su búsqueda de la felicidad ajena, Amélie se olvida de la suya propia, hasta que conoce a Nino Quincampoix (Mathieu Kassovitz), un joven coleccionista de fotos que le roba el corazón.
Segunda película realizada en torno al personaje de Antoine Doinel, que sigue tras "Los 400 golpes", realizadas por Truffaut.
A principios del siglo XX Karen Blixen (Streep), una mujer europea de gran coraje, llega a Kenia para dirigir una plantación de café junto a su marido (Brandauer), un mujeriego incorregible con el que no se ha casado por amor. Para su sorpresa, Karen se da cuenta de que poco a poco se está enamorando de la tierra, de sus gentes... y de Denys Finch-Hatton (Redford), un enigmático cazador aventurero.
Jacqueline ha perdido la razón pero no importa, para su viaje a bordo del mar decide tomar el tren sola.