Poco antes de Navidad, el caos sacude a una familia: por una extraña conjunción cósmica, los padres intercambian sus cuerpos con los de sus hijos adolescentes.

Durante la infancia y la adolescencia, Mitch (Ryan Reynolds) y Dave (Jason Bateman) fueron amigos inseparables, pero con el paso de los años se han ido distanciando. Dave es un abogado enganchado al trabajo, se ha casado y tiene tres hijos. Mitch sigue soltero, es bastante inmaduro, trabaja a veces y vive sin ataduras de ningún tipo. Mitch cree que Dave lo tiene todo: una preciosa esposa (Leslie Mann), unos niños que lo adoran y un buen trabajo en un prestigioso bufete. Dave, por su parte, envidia a Mitch porque vive sin estrés ni presión ni obligaciones. Un día, después de compartir una gran borrachera, los mundos de Mitch y Dave se vuelven del revés: cuando se despiertan cada uno ocupa el cuerpo del otro, de modo que no tendrán más remedio que intercambiar sus papeles.

Gotho es un jorobado que trabaja como encargado del depósito de cadáveres. Vive marginado por todos, excepto por Frieda, una joven que es su única amiga, y de quien Gotho está enamorado. Pero un día ella muere, y Gotho roba el cadáver, para llevárselo a unos científicos que estudian la forma de devolver la vida a los muertos.

Un viejo mago que alberga un terrible secreto ocultista y su hija son tomados como rehenes en su solitaria mansión por unos criminales adolescentes necesitados de escondrijo. Cuando los captores se niegan a dejarles en libertad, la mansión comienza lentamente a desatar sus horrores sobre los desprevenidos invasores.

Lizardo está a punto de empezar un verano de desamor, un verano de obsesión, un verano de brujería.