En 1962, Calvin Webber (Christopher Walken), un brillante aunque algo paranoico científico, vivía con su esposa Helen (Sissy Spacek) en Los Ángeles. En plena crisis de los misiles de Cuba, un avión sufre un accidente cerca de la casa de los Webber, que, convencidos de que ha estallado una guerra nuclear, se guarecen en un refugio construido por Calvin. 35 años después su hijo Adam (Brendan Fraser), nacido en esa especie de cápsula temporal, sale a la superficie para comprobar si la Tierra sigue siendo apta para la vida humana.
¿Qué ha empujado a Jeliza-Rose a trasladarse desde Los Angeles a una granja tejana? ¿Por qué su padre, ex guitarrista de rockabilly, ya no le habla? ¿Y quién hace todo ese ruido en el ático? Jeliza-Rose huye de su cruel infancia, dejándose arrastrar por su viva imaginación, para configurar así un mundo ficticio en el que las luciérnagas tienen nombre, los hombres de barro despiertan al atardecer, tiburones monstruosos nadan por las vías del tren y cabezas seccionadas de Barbies comparten sus aventuras.
Casi rozando la bancarrota, el ex Lord Donald Brocklebank se ve obligado a vender la deslumbrante mansión donde vive junto a su esposa y a su esquizofrénico hijo James. Lady Nancy Brocklebank cae muy enferma y Donald ha de organizar todo para que una enfermera se haga cargo de su madre. James intenta por todos los medios demostrar a su padre que ya es un adulto responsable. Pero por accidente James deja fuera de la casa a la enfermera Mary, su madre empeora, sus nervios aumentan y el estado mental del joven comienza a mezclar peligrosamente realidad y ficción, adentrándose en una pesadilla infernal.
A Jeremy Taylor (Joshua Jackson), un joven aspirante a escritor que trabaja en una prestigiosa editorial londinense, le encargan un trabajo muy especial: visitar al escritor Weldon Parish (Harvey Keitel) y convencerlo para que escriba un libro para la editorial. Hace veinte años, Parish ha dejado de escribir y vive aislado en un pueblecito toscano con sus tres hijas.
En Oklahoma, Agnes, una solitaria camarera que vive en un aislado y ruinoso motel de carretera, conoce a Peter, un hombre tranquilo y misterioso con el que establece una peculiar relación.
Una gallina se cuestiona el sentido de su vida dentro de una granja.
La historia de una chica, luego de una ruptura amorosa, desmaquillándose, y volviéndose a encontrar a ella misma en el duelo. De la vida, de lugares, de ser uno donde sea, en el amor, y de no perderse a uno, de transitar las cosas. "Pasamontaña Quemado es no dejar de ser unx en la situación que te encuentres; con o sin usarlo, es la fuerza de seguir, es medio un símbolo de tomar la libertad que uno puede y lleva adentro" Daniela