Kang Chul-Joong tiene un nuevo caso; investigar a un antiguo compañero de clase suyo, Han, quien ha llegado a ser presidente de la Fundación Myung-Sun de una forma muy sospechosa. Se le acusa de soborno, desfalco e incluso de asesinato. Pero Han parece estar siempre un paso por delante de Kang, lo cual le hace pensar que alguien más está detrás de este. Kang se infiltrará en el submundo del hampa de Seúl para descubrir quién hay realmente detrás de todo este asunto.

Tres individuos dispares: un policía amargado (Aaron Kwok), un asesino a sueldo (Daniel Wu) y un abogado corrupto (Ekin Cheng) se unen debido a una serie de asesinatos que les llevarán por caminos inesperados. Divergence nace de una pieza de ópera tradicional pequinesa llamada de “The Yang Saga” conocida por sus personajes y extraordinarias peleas.

Unidos por el destino y el robo en una financiera, José (Héctor Alterio), un viejo anarquista, y un joven empleado, Pedro (Leonardo Sbaraglia) viven durante cuatro días alternativas violentas y solidarias en su huida desesperada por la Patagonia argentina. En el camino se encuentran con Ana (Cecilia Dopazo), una adolescente que los acompaña en el viaje.

Una pareja -Evelyn Keyes y Charles Korvin- que contrabandea diamantes de Cuba a Nueva York, trae también un misterioso cargamento: viruela. La mujer, insospechadamente enferma, debe sortear el seguimiento de un agente del tesoro, así que se oculta en el hotel de su hermana -Lola Albright-. Cuando cae enferma, acude a un doctor -William Bishop-, quien piensa que sufre de un resfriado. Pero cuando una niña que también estaba en la oficina, muere repentinamente de viruela, la verdadera situación surge a la luz. La alerta cunde entre las fuerzas del orden, que tratan de atrapar a la persona que puede estar diseminando la infección sobre la gran ciudad.

Ed Saxon está en la cama, despierto. Ed no sabe cuánto tiempo ha pasado sin conciliar el sueño.

Un barco estadounidense es asaltado por unos piratas en aguas del Sur de Asia, robando un cargamento de sistemas de navegación para satélites del tipo que se usan para dirigir misiles nucleares. Los Estados Unidos no pueden involucrarse en el asunto porque era una operación ilegal y altamente secreta. Cuando se descubre que los piratas eran de Corea del Norte, se decide enviar a un agente especial de Corea del Sur para que recupere el sistema de navegación. Pero el tiempo corre en su contra ya que hay dos tifones acercándose a la zona.