Viena, 1938. Los nazis acaban de anexionarse Austria y el notario Josef Bartok sabe que está en grave peligro. Mientras se prepara para huir, es detenido por la Gestapo y encerrado en un hotel reconvertido en prisión. Solo saldrá de allí si colabora con los nazis. Bartok no está dispuesto a ceder. Pero aislado, la soledad empieza a hacer mella en él hasta que consigue robar un libro de ajedrez, que será su punto de apoyo para mantenerse cuerdo y convertir la resistencia en un juego.
Cuando muere a los 70 años, Henry Van Cleve va al Infierno, donde lo recibe un caballero bien vestido que le exige que confiese sus delitos. Henry comienza entonces a contar su historia: desde niño, su acaudalada familia le proporcionó todos los lujos y satisfizo todos sus caprichos. Siendo ya adulto, llevó una vida disipada, entregado a la bebida y a las mujeres. Pero su vida cambió radicalmente el día en que conoció a Martha Strabel, la mujer de sus sueños. Tras escuchar su relato, el caballero le hace saber que en el Infierno no se aceptan personas como él.
Yannick se traslada a un pueblo pequeño y tranquilo para estudiar cine. Un día, al caerse de la bicicleta, llama a la puerta de la residencia Beaulieu para limpiarse la sangre de las manos. Pero Jacques Beaulieu y su familia tienen otros planes para Yannick. Beaulieu es un psicópata y un fanático jugador de ajedrez que quiere librar al mundo del mal. Y aunque Ian no ha hecho nada malo, es golpeado, torturado y atormentado antes de que Beaulieu le haga una oferta: gana al ajedrez y será libre de irse. Y entonces Ian es ahora un peón en el juego de Beaulieu. Un juego en el que perderá la cabeza o perderá la vida.
Anna Manni (Asia Argento) es una policía encargada de perseguir a un psicópata violador. Pero Anna sufre el síndrome de Stendhal.
Un fotógrafo durante la guerra soviética-afgana se vuelve obsesionado con una figura sobrenatural que aparece en sus fotografías cada vez que alguien muere.
En el salvaje oeste, Jonah Hex (Josh Brolin) es conocido por una cicatriz en la parte derecha del rostro y por vestir un uniforme del ejército confederado. De niño fue vendido a los apaches por su padre y tuvo que hacerse a sí mismo en un mundo tan duro como el Oeste, sobreviviendo unas veces como pistolero y otras como cazador de recompensas. Su único contacto con el mundo es a través de la bella Lilah (Megan Fox).