Un grupo de ocho amigos gays, la mayoría pertenecientes al mundo del espectáculo, lleva una vida tranquila en las playas de California. En julio de 1981, por primera vez, un artículo en el New York Times habla de una nueva forma de cáncer que afecta principalmente a los homosexuales. El sida comienza su larga y terrible obra destructiva. Un filme acerca de la plaga de los 80, el sida, desde una perspectiva que evita tanto el exceso de ternura como el morbo. Destaca el estupendo trabajo interpretativo de un elenco de actores encabezado por Bruce Davison ("X-Men"), que fue candidato al Óscar al mejor secundario.

Once personas, aisladas del mundo exterior, se comunican a través de pantallas. Un hijo quiere tomar la mano de su madre sufriente. El amor crece. Una madre ha abandonado a su familia. Un terapeuta se encuentra al borde de la ruina. Una hija se conecta con sus padres.

De repente, sin saber cuál es su origen, aunque todo hace sospechar que comienza con el viaje de una norteamericana a un casino de Hong Kong, un virus mortal comienza a propagarse por todo el mundo. En pocos días, la enfermedad empieza a diezmar a la población. El contagio se produce por mero contacto entre los seres humanos. Un thriller realista y sin efectos especiales sobre los efectos de una epidemia.

Un virus terriblemente mortal se ha extendido por toda la Tierra aniquilando a la mayor parte de la población. Cuatro jóvenes, que todavía no han sido infectados, se dirigen a una apartada playa del Golfo de México con la intención de refugiarse hasta que pase la epidemia. Su principal temor es encontrarse en su camino con otros humanos que les puedan contagiar. Así, cuando su coche se estropea en una carretera aislada, empezará una desesperada lucha por la supervivencia en la que no sólo deberán enfrentarse a niños infectados, médicos homicidas o saqueadores sin escrúpulos sino, sobre todo, a la creciente desconfianza que surge entre ellos.

A mediados del siglo XIV, Inglaterra se ve asolada por la terrible Peste Negra. En un mundo apocalíptico, dominado por las supersticiones, el joven monje Osmund recibe el encargo de conducir a Ulric, un temible caballero, y a su grupo de mercenarios a un pueblo próximo a un pantano, en el que, según los rumores, los muertos vuelven a la vida.

Después de que un cometa libera un virus misterioso que comienza a matar a todas las mujeres del mundo, la relación de una pareja joven se pone a prueba. Se esconden (tanto de la enfermedad como de los salvajes que cazan a las mujeres restantes) en su apartamento sobreesterilizado. Al final, el dúo escapa de su cuarentena autoimpuesta para dirigirse al desierto.

En la cabeza de Juan, escritor en paro, parecía una buena idea: currar como guarda del Hotel Balneario de Ariño, la misma antigua zona minera donde está ambientando su novela, su soñado best seller histórico con el que debutar por fin. Pero de repente se para el mundo, aparece la pandemia, España entera entra en cuarentena y lo que iba a ser un sencillo trabajo de quince días se convierte en un encierro de tintes paranormales en la nueva normalidad. Juan, atascado y desquiciado, vive la cuarentena con las llamadas de su madre y las videollamadas de su dominante novia, con la que está a punto de casarse. También las de su compañero de piso experto en conspiraciones y las del mismísimo Juan Manuel de Prada, su tutor en un curso de escritura creativa. Solo se relaciona con Evaristo, el mecánico más jeta y porrero de Aragón; con Antonio, el brazo fuerte de la Ley, y con la esquiva y sexy Alicia, encargada de traerle los víveres del supermercado.

Román es un actor que trabaja en películas de serie B y que está aislado en su departamento mientras la pandemia mantiene al mundo al límite.

Seguimos la vida de tres mujeres y un joven que están sexualmente liberados y tratan la monogamia a la ligera. Cuando comienza la pandemia del coronavirus, los protagonistas se encuentran ante la oportunidad de enderezar sus vidas.