Un criminal encantador pero despiadado toma como rehén a la familia de un gerente de banco como parte de un plan para robar 97,000 libras.
En este desenlace de la saga Millennium la tensión se dispara. Tras el agónico final de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, puede que Lisbeth Salander haya sobrevivido a ser enterrada viva pero sus problemas están lejos de haber acabado. Está acusada de triple asesinato y fuerzas poderosas intentan silenciarla de una vez por todas. Mientras, Michael Blomkvist escarba en su oscuro pasado y pronto encuentra sus huellas.
Noredin, un detective corrupto con un futuro brillante en el cuerpo de policía cuyo principal propósito no es exactamente hacer el bien sino hacerse rico, es llamado al hotel Nile Hilton, donde acaban de descubrir el cuerpo de una hermosa mujer. La identidad de ésta, sus conexiones con las élites de El Cairo y otros incidentes más personales acabarán llevando a Noredin a tomar decisiones trascendentales y a descubrirse a sí mismo.
Después de que la bailarina exótica Isis se enamore del prometedor político Osiris, una banda de criminales del pasado de ella amenaza el futuro de la pareja.
Jonah Goodwin (Thomas Mitchell) y Olaf Johnson (John Qualen) son dos pescadores a los que el gángster Harold Goff (John Garfield) extorsiona, exigiéndoles dinero a cambio de la protección de su barco. Temerosos de ir a la policía, deciden encargarse personalmente del asunto, tras descubrir que Goff se ha enamorado de la hermosa hija de Jonah (Ida Lupino).
La ejecución de un hombre se emite en directo a través de Internet. Es uno más de los horribles crímenes cometidos por un asesino en serie que está convencido de que todas las atrocidades que perpetra forman parte de una misión religiosa. Charlie Gaines, un policía de Nueva York, es la persona encargada de investigar el caso. Cuando queda de manifiesto que no se trata de un psicópata cualquiera, interviene en el caso Adam, un experto de seguridad en la red, aunque sus métodos y los de Gaines son radicalmente opuestos. Cada nueva ejecución se convierte en una carrera contrarreloj, ya que el criminal le da pistas al policía para que trate de salvar a la víctima. Pero, al margen del caso, Gaines también libra su propia batalla: padece un cáncer incurable y debe resolver un dilema: pasar lo que le queda de vida con los suyos o capturar al violento asesino.