España, siglo XIX. En una pequeña aldea costera, Olalla y su familia se preparan para vivir una noche muy especial, durante la cual es obligatorio cumplir una única norma: ninguna luz debe permanecer encendida.

Madre se despierta en mitad de la noche debido a los ruidos que provienen de la habitación de su hija Ángela. Al llegar allí se da cuenta de que su hija no se comporta de manera normal.