Después de una primera cita increíble, la ardiente atracción entre ambos se enfría. Parecían la pareja perfecta, pero algo sucede y la cosa no va a más. Hasta que se reencuentran inesperadamente en una boda en Australia. Allí hacen lo que haría cualquier adulto: fingir que son una pareja.

¿Te acuerdas de mí? Eso es lo que pregunta con una frecuencia excesiva Roberto a su novia y madre de su hijo; Bea, que a cada emoción demasiado fuerte pierde la memoria por completo, y hay que empezar de nuevo con ella.

Cuando Sandy (Catherine Zeta-Jones), una sexy madre de 40 años, descubre que su marido la engaña, su mundo aparentemente perfecto se viene abajo. Sin pensárselo dos veces, se traslada a Nueva York con sus dos hijos con ánimo de rehacer su vida. Allí, conoce a Aram (Justin Bartha), un encantador licenciado universitario de 25 años que trabaja en la cafetería bajo el apartamento que alquila Sandy. Cuando Sandy encuentra trabajo, le pide a Aram que haga de canguro de sus hijos. La carrera de Sandy empieza a despegar y Aram se va convirtiendo en una parte cada vez más importante de su vida. Es divertido y sus hijos lo adoran. Muy pronto, esta improvisada familia va tomando forma y, aunque hay una larga lista de razones por las que no deberían estar juntos, se enamoran. Sandy y Aram se topan con la resistencia de familiares y amigos a su nueva relación y ambos tendrán que decidir si lo que tienen es algo simplemente divertido y temporal o puede tratarse de algo realmente duradero...

La situación económica de una pareja de aristócratas ingleses, Victor (Cary Grant) y Hillary (Deborah Kerr), es tan precaria que deciden convertir su castillo en un centro de atracción turística. Charles Delacro (Robert Mitchum), un millonario americano, magnate del petróleo, después de una visita guiada, se encapricha con Hillary. Otra aristócrata, Hattie Durant (Jean Simmons), se verá también involucrada en la vida amorosa de la pareja.

Larry Hubbard deja a su novia cuando la encuentra en la cama con otro hombre. A partir de ese momento no tiene más remedio que adaptarse de nuevo a la vida de solitario.

Amanda Pierce ha conseguido un gran empleo; restauradora de arte del Museo Metropolitano de Nueva York, y un gran lugar para vivir, un espacioso apartamento en el East Side que comparte con cuatro modelos. Amanda sigue soltera porque sus relaciones anteriores terminaron en promesas rotas o infidelidades. Por fin cree haber encontrado al chico perfecto en Jim Winston, pero tiene motivos para sospechar que es culpable de un asesinato.

Maud es arquitecta y madre. Debido a un malentendido, gana el concurso para restaurar el parvis de Notre-Dame. Dividida entre estas responsabilidades y los problemas amorosos, atravesará una tormenta emocional.