Basada en la autobiografía de Anna Wimschneider. Anna pertenece a una familia de granjeros. A los ocho años, al quedarse huérfana de madre, tiene que hacer su papel y trabajar muy duramente. En 1938, cuando tiene 18 años, se enamora de Albert y, llena de ilusiones y esperanzas, se traslada a vivir a su granja, pero entonces estalla la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). (FILMAFFINITY)

Relata la historia de un célebre pensador que después de buscar sin descanso la esencia del conocimiento y la verdad oculta de las cosas, es tentado por el diablo y vende su alma.

Jamie era la última persona de la que se enamoraría Landon. Demasiado seria y conservadora para su gusto. Hija de un pastor de la iglesia baptista, Jamie no tenía miedo de manifestar que la fe era lo más importante en su vida, aunque ello le costara las críticas de sus compañeros. Landon y su pandilla mandaban en la escuela, pero su reinado terminaría en cuanto salieran del instituto y tuvieran que afrontar las responsabilidades de la vida.

Will Hayes (Ryan Reynolds) es un papá de treinta y pico años en pleno divorcio. Su hija (Abigail Breslin) de diez años le pregunta por su vida antes de casarse, quiere enterarse de cómo se conocieron sus padres, de cómo se enamoraron. Para contestar a Maya, Will rememora el pasado de un joven idealista que aprende los tejemanejes de la política en una gran ciudad, y le cuenta que conoció a tres mujeres. Desesperado, intenta construir una versión “tolerada” para su hija y cambia los nombres de las protagonistas. Maya tendrá que adivinar con cuál de las tres acabó casándose. ¿Quién es su madre? ¿Emily (Elizabeth Banks), la novia de universidad de Will? ¿O quizá sea su amiga de siempre, su confidente, la apolítica April (Isla Fisher)? Aunque también podría ser una ambiciosa e inconformista periodista llamada Summer (Rachel Weisz). Maya empieza a unir las piezas del rompecabezas romántico de su padre y entiende que el amor no es fácil ni simple.

Una Nochebuena, en un orfanato, un bebé gatea dentro del saco de regalos de Santa Claus y acaba en el taller de éste en el Polo Norte. Aunque allí es adoptado y educado como un elfo, al crecer, se hace tres veces más grande que los habitantes de la región. Parece claro que nunca encajará en el mundo de los elfos; lo que necesita es encontrar a su verdadera familia. Con esta intención viaja a Nueva York, donde descubrirá que la vida no consiste sólo en patinar y comer dulces; así que vuelve a sentirse otra vez fuera lugar. Consigue, no obstante, encontrar a su padre, Walter, un editor de libros infantiles adicto al trabajo y al dinero que figura en la lista negra de Santa Claus. Buddy también encuentra a una nueva madre y descubre que su hermanastro de diez años no cree en los elfos ni en Santa Claus ni en las Navidades. En realidad todo el mundo parece haber olvidado el verdadero significado de la Navidad.

La necesidad afectiva y el vértigo a exponerse hacen que Etna y Dario aprendan a sobrellevar la soledad.

Belle dirige con su padre una empresa de compraventa de casas y subasta de bienes. En Navidades, Belle tiene que trasladarse de su ciudad natal para encargarse de la venta de una mansión. El propietario, que en un principio la trata con desprecio, terminará enamorándose de ella. Sin embargo, todo se complica cuando aparece un antiguo amor de Belle.

Kev y Ema son una pareja de enamorados. Pero detrás de una hermosa relacion hay algo inusual. Ella está muerta.