Auténticos tramperos como los de antes, tales como David Crockett, Jack London o Jeremiah Jonson, ya no existen en nuestros días. Todavía queda, sin embargo, una última alma que sigue viviendo según la antigua filosofía de los tramperos, conviviendo en armonía con la naturaleza. La ficción creada se basa en la vida de Norman (El Último trampero), tiene 50 años y vive con Kebaska, una india Nehanni. La película nos hace partícipes de la lucha y drama que supone su vida diaria, y también de las aventuras y los peligros en las que sus perros son los principales protagonistas.
Tras la súbita muerte de su prometido, Gray Wheeler (Jennifer Garner) encuentra un refugio en compañía de los amigos de él: Sam (Kevin Smith) alegre y cómico, Dennis (Sam Jaeger) el más responsable, y su viejo amigo de la infancia Fritz (Timothy Olyphant), un playboy irresponsable de quien jamás hubiera pensado que confiaría. Tras la muerte de su prometido aparecen secretos sobre él que le muestran a Gray nuevas facetas del hombre que pensaba que conocía, y al mismo tiempo, descubre su atracción por el último hombre del que hubiera pensado enamorarse...
Alemania Oriental, 1980. Anne, una chica de veinte años, y Juri, un desertor del Ejército Rojo que se esconde en su casa, se enamoran. Los dos huyen del país y se dirigen al Oeste, dejando a Inga, la hija de Anne, en casa de sus abuelos. La niña crece creyendo que su madre ha muerto. Veinticinco años más tarde, Inga conoce al profesor de literatura Robert, que posee datos para localizar a Anne. Aunque, al principio, Inga se muestra escéptica, acaba acompañando a Robert en un viaje por Alemania para buscar a su madre.