Una joven estudiante amante de los libros descubre que todos los libros que ha elegido en la biblioteca han sido previamente elegidos por una misma persona. Cuando descubre quién es conoce a Seiji, un joven que está aprendiendo el arte de fabricar violines.
En la década de 1980, durante la presidencia de Reagan, una familia de emigrantes surcoreanos en EE.UU. decide instalarse en Arkansas, tras abandonar California. Trabajan sexando pollos, pero el sueño del padre es instalarse como granjero y cultivar verduras para mercado coreano estadounidense. La madre, sin embargo, preferiría vivir en un ciudad, cerca de un hospital, pues el hijo menor, David, está enfermo del corazón.
Bruno, un pirómano adolescente que atraviesa una época complicada, abandona la ciudad en busca de una chica a la que conoció a través de Internet. El viaje lo obligará a confrontar la muerte de su padre y su inseguridad en cuanto al sexo.
Retrato de la vida de Uxbal: padre abnegado e hijo desamparado. Intermediario de la sombra. Próximo a los desaparecidos. Atraído por los fantasmas. Sensible a los espíritus. Superviviente en el corazón de una Barcelona invisible. Sintiendo que la muerte le ronda, intenta encontrar la paz, proteger a sus hijos, salvarse a sí mismo. La historia de Uxbal es sencilla y compleja, al igual que nuestras vidas de hoy.
Cuando Harry se enamora de una actriz, le confiesa su intención de casarse con ella a su abuelo, el obispo Tom Armstrong, pero éste trata de disuadirlo contándole su propia experiencia: cuando era estudiante, conoció en una fiesta a Rita Cavallini, una célebre cantante de ópera, y tuvo un romance con ella, convencido de que por él abandonaría su frívola y escandalosa vida. Pero Rita era la amante de un hombre muy poderoso y no parecía dispuesta a dejarlo.
Un registro de momentos en familia, con amigos, viajes, salidas y una pasión que Carla heredó de su padre. La necesidad de encapsular el tiempo la llevó a filmar su día a día con amigos bahianos en Barcelona, ciudad donde vivió lo mejor de su juventud durante ocho años. Cuando decidió regresar a Brasil, todo cobró un nuevo peso. Fue entonces cuando comenzó el proyecto de realizar un documental para inmortalizar esa época. Los registros casuales se convirtieron en una obsesión y sus amigos fueron entrevistados, totalizando más de 50 horas de memoria filmada y un año de montaje en Brasil. Este proceso fue un doloroso estancamiento en el pasado, un esfuerzo por darle sentido a un material que alimentaba un sentimiento difícil de superar: el anhelo. El resultado es una delicada película que reflexiona sobre el exilio, la memoria, el tiempo, la familia, el cambio y la vida.