Realizado entre los años 1975 y 1982, "Koyaanisqatsi" -primera parte de lo que sería luego una trilogía formada por Koyaanisqatsi (1982), Powaqqatsi (1988) y Naqoyqatsi (2002)- es un singular documental que refleja la colisión entre dos mundos obligados a convivir: por un lado la vida de los hombres en la sociedad moderna, la vida urbana y occidental, llena de tecnología, ciencia y consumismo. Por otro la naturaleza y el medio ambiente del planeta Tierra. Sin voz humana, tan sólo con el poder de las imágenes y la banda sonora minimalista de Philip Glass, Godfrey Reggio presentó este documental ante 5000 personas el 4 de Octubre de 1982 en el Radio City Hall de Nueva York, convirtiéndose al instante en un documental de culto.
Gracias a archivos inéditos, testimonios de expertos y animaciones gráficas, este documental nos sumerge en el corazón de la ciencia de la ignorancia.
Los autores de la película "Deep Blue" emprenden un fascinante viaje por la Tierra, de norte a sur y a lo largo de las cuatro estaciones, para retratar los contrastes entre las diferentes partes del planeta y sus transformaciones naturales. Las condiciones de supervivencia de algunas especies animales, y su comportamiento natural, en ocasiones con elementos muy cómicos, forman parte también de un extraordinario documental realizado con las más sofisticadas técnicas, al mismo tiempo que la serie televisiva de la BBC Planet Earth. Dirigida por dos veteranos documentalistas de la cadena inglesa, la serie tardó 5 años en rodarse, con más de 200 locaciones en 26 países diferentes, y nada menos que 250 días de fotografía aérea. Un descomunal trabajo que logra mostrar con todo esplendor la belleza del reino animal, al tiempo que alerta sobre su progresivo y preocupante peligro de desaparición.
Una visión inusual del desierto de Arizona, en Usa, donde todo parece estar muerto hasta que una mirada atenta nos revela la ingente cantidad de vida que pulula en derredor: sobre las arenas y bajo ellas. Una producción de Walt Disney (“el Mago de Burbank”), que obtuvo el Oscar al Mejor Documental de 1953. Y un canto a cómo la Vida se abre camino en los lugares más insospechados.
En un limonero nació una oruga. Debe crecer allí hasta convertirse en crisálida y luego en mariposa. Pero una tormenta destruirá este patrón preestablecido tirándolo de su árbol y luego llevándoselo la lluvia y el viento. Antes de sucumbir, la oruga tiene solo unos tres días para regresar a su limonero, el único lugar donde puede completar su muda de mariposa. Se embarca en un viaje contrarreloj y atraviesa varios ecosistemas en miniatura: el macizo de flores, el césped, el callejón de arena o el bosque. En el camino, se encontrará con la luciérnaga, la hormiga niger lasius o la mantis religiosa. A través de la odisea de esta oruga, descubre la increíble riqueza de estos diminutos mundos en los que un pequeño paso para el hombre se convierte en la expedición de toda una vida para un pequeño insecto.
En la campiña francesa al sur del país, un grupo de científicos de 37 países distintos colaboran en la construcción de un complejo experimento: una estrella artificial que proporcione energía limpia y para siempre a la humanidad.
Auténticos tramperos como los de antes, tales como David Crockett, Jack London o Jeremiah Jonson, ya no existen en nuestros días. Todavía queda, sin embargo, una última alma que sigue viviendo según la antigua filosofía de los tramperos, conviviendo en armonía con la naturaleza. La ficción creada se basa en la vida de Norman (El Último trampero), tiene 50 años y vive con Kebaska, una india Nehanni. La película nos hace partícipes de la lucha y drama que supone su vida diaria, y también de las aventuras y los peligros en las que sus perros son los principales protagonistas.
En la región de Aysén habita una población de 90000 almas aisladas compartiendo los duros paisajes de un área del tamaño de Inglaterra. Aquí donde la belleza parece estar en términos de primer nombre con el miedo y el peligro, en un lugar donde la inmensidad de la naturaleza nunca puede ser dominada, el escenario vacila, a lo largo de las extensiones, entre colores brillantes y el blanco y negro de la nieve y el agua. Las imágenes del día a día se entremezclan con un relato de cariz mitológico; el de la eterna búsqueda de la Ciudad Perdida de los Césares, una ciudad de oro construida hace 500 años por los conquistadores.
Una pequeña mujer llamada Lek, conocida como la susurradora de elefantes, lleva más de veinte años dedicados a salvar a los elefantes de Tailandia.