Durante unas vacaciones de Navidad, los jóvenes Troy y Gabriella (dos adolescentes en principo con pocas cosas en común) se conocen. Ambos descubren su interés mutuo por la música durante un concurso de karaoke, y deciden presentarse al casting del musical del instituto.

Cinco años más tarde la fiebre de la noche de Tony Manero continúa. Tony lucha a brazo partido entre el pluriempleo y su vocación de bailarín, intentando triunfar en su ansiado y dorado Broadway. La secuela de "Fiebre del sábado noche" no tuvo tanto éxito de taquilla, quizá debido al flojo guión y pobre dirección de un Sylvester Stallone que no demostró talento alguno en las secuencias de baile.

Dos intérpretes de vodevil de poco éxito deciden buscar oro durante la Fiebre de 1849. Llegan a una ciudad en la que no vive ninguna mujer, por lo que sus habitantes les prometen una gran cantidad de oro si les traen algunas mujeres.