Tony, un tipo solitario con una insana obsesión por el cine de acción, suele buscar la amistad de los traficantes de droga de su barrio y de las chicas que se anuncian en las cabinas telefónicas. Vecinos, inspectores de televisión, gays y drogadictos son siempre bienvenidos en su apartamento, a condición de que se porten bien. Pero cuando un niño del barrio desaparece, su peculiar estilo de vida lo convierte en sospechoso, y sus secretos acabarán saliendo a la luz.

Marcos le confiesa a Esteban que su relación con su novia ya no lo excita. Esa noche ambos descubrirán los límites de su amistad.