Documental canadiense dividido en tres partes en la cual se analiza la evolución y el comportamiento de las corporaciones multinacionales modernas.
Ikea, una de las cadenas preferidas por los consumidores desde hace décadas, nació en 1943 de la mano de Ingvar Kamprad. Este empresario, con tan solo 17 años, fue un visionario del consumo de masas al que supo sacar partido, a partir de la década de los 50, para convertir su pequeña tienda en el gigante que es hoy día. Aunque la multinacional del mueble transmite una imagen respetuosa y sostenible con el medioambiente y el planeta, periodistas franceses rastrearon, durante un año, la cadena productiva de Ikea, en una exhaustiva investigación internacional y desvelaron otra realidad bien distinta. "Ikea, el señor de los bosques" saca a la luz las diversas prácticas con las que el gigante sueco contribuye al deterioro de la biodiversidad del planeta, desde Rumanía a Polonia pasando por Brasil y Nueva Zelanda, en su carrera por disponer de este recurso limitado, fundamental para la lucha contra el cambio climático.
Este documental presenta el lado oculto de uno de los mayores escándalos financieros de la historia, en el que varios altos ejecutivos de la séptima empresa más importante de los Estados Unidos se embolsaron más de mil millones de dólares mientras sus accionistas y empleados lo perdían todo. Basada en el best-seller 'The Smartest Guys in the Room' (algo así como 'Los tipos más listos del lugar') de los periodistas de la revista Fortune Bethany McLean y Peter Elkind, la cinta utiliza declaraciones personales y cintas de audio y vídeo de la empresa para mostrar los increíbles excesos cometidos por la cúpula directiva de Enron y el profundo vacío moral que ocultaba la supuesta filosofía corporativa.
A partir de una mezcla de documental y ficción, el grueso del Nuevo Cine Alemán ofrece una visión conjunta sobre la Alemania de finales de los 70, una época marcada por el terrorismo de izquierdas del grupo Baader Meinhof. Con el fin de lograr la liberación de tres de sus líderes, la banda secuestró a un industrial al que después asesinaron. Del suicidio en la cárcel de los tres cabecillas, fue acusado el gobierno alemán: el presunto crimen de estado produjo una virulenta polémica que cuestionaba el sistema y originaba una profunda fractura social.