París, verano de 1960. El antropólogo y cineasta Jean Rouch y el sociólogo y crítico de cine Edgar Morin deambulan por las calles abarrotadas preguntando a los transeúntes cómo afrontan las desgracias de la vida.
La cantante Chavela Vargas ganó un nombre por sí misma primero en México y más tarde en todo el mundo principalmente por su interpretación de rancheras tradicionales. Estas canciones eran compuestas principalmente por hombres y en su mayoría hablaban de amor no correspondido por las mujeres, el cansancio del mundo y la soledad. Chavela las interpretaba con su propia ritmo y su voz áspera y vulnerable. El material inédito de esta película, así como las entrevistas con la propia Chavela y sus contemporáneos, colegas y parejas, han dado como resultado un cariñoso retrato de una artista carismática y excepcional, que fue abiertamente lesbiana a lo largo de su vida.