Ambientada en un presente de ficción, un anciano rey abdica y divide su reino en favor de sus dos hijas corruptas y aduladoras, rechazando a la única que realmente le ama. Su fatal decisión llevará a la familia y al estado al colapso y al caos.

Ana es una joven actriz que, desgraciadamente, no puede dedicarse profesionalmente a la interpretación. De hecho, debe compaginar pequeñas producciones teatrales en las que encuentra acomodo con su trabajo a media jornada como dependienta en una tienda, cada mañana de lunes a sábado. Ahora Ana está inmersa en la preparación de un nuevo papel: ha sido seleccionada para interpretar a Lady Ana en una modesta representación del Ricardo III de Shakespeare que se llevará a cabo en un pequeño teatro off madrileño. Pese a lo humilde que es la producción, la oportunidad es ilusionante para Ana, pero esa ilusión chocará enseguida con la férrea visión del director de la obra, que concibe el personaje de Lady Ana únicamente como un juguete al que Ricardo debe asfixiar (metafóricamente), humillar e incluso vejar sobre el escenario.

Cuando Julieta Capuleto (de fama shakesperiana) es arrancada de la muerte y convertida en vampiro, se ve obligada a vivir toda la eternidad sin su dulce Romeo. Ahora, 800 años después, Julieta conoce a una mujer joven que cautiva nuevamente su corazón y le enseña que el amor y la pérdida son parte de la vida, y que una vida sin amor no es vida en absoluto.