Gran Bretaña, en un futuro indeterminado. Alex es un joven muy agresivo que tiene dos pasiones: la violencia desaforada y Beethoven. Es el jefe de la banda de los drugos, que dan rienda suelta a sus instintos más salvajes apaleando, violando y aterrorizando a la población. Cuando esa escalada de terror llega hasta el asesinato, Alex es detenido y, en prisión, se someterá voluntariamente a una innovadora experiencia de reeducación que pretende anular drásticamente cualquier atisbo de conducta antisocial.

Sentado en un banco de un parque, Francis anima a su compañero Alan para que vayan a Holstenwall, una ciudad del norte de Alemania, a ver el espectáculo ambulante del doctor Caligari. Un empleado municipal que le niega al doctor el permiso para actuar, aparece asesinado al día siguiente. Francis y Alan acuden a ver al doctor Caligari y a Cesare, su ayudante sonámbulo, que le anuncia a Alan su porvenir: vivirá hasta el amanecer.

Tres jóvenes, Jim Stark, Judy y Platón, coinciden en una comisaría. Cada uno está allí por un motivo distinto: Jim está borracho, Judy se ha escapado de su casa y Platón acababa de matar a tiros a unos cachorros. El inspector Ray descubre que los tres mantienen una relación conflictiva con sus familias. A Jim y a Judy los van a recoger sus padres, pero Platón, hijo de una pareja divorciada, tiene que conformarse con la visita de la criada negra que vive con él.

A Slevin la vida no le ha ido nada bien. Su casa acaba de ser declarada en ruinas y ha sorprendido a su novia en la cama con otro. En un intento por perder de vista Los Ángeles durante un tiempo, se marcha a vivir a Nueva York al apartamento de su amigo Nick Fisher. Pero dos de los peores gángsteres de la ciudad, El Rabino y El Jefe, antiguos socios y ahora enemigos irreconciliables, se cruzarán en su vida cuando uno de ellos pretenda vengar la muerte de su hijo asesinando al primogénito del otro. La idea para no desencadenar una guerra de bandas: buscar a un jugador que le deba mucho dinero al Jefe y obligarle a matar al hijo del Rabino.

Dos bandas de adolescentes rivales. Algunos todavía van al colegio asidos a un futuro con esperanza. Otros son jóvenes marginados (o desplazados: "outsiders") acicalados de gomina. Casi todos a la búsqueda de un sitio en una sociedad en la que no se ven reflejados, y en la que el camino más recto conlleva una fácil tentación por la violencia... Apenas unos meses antes, el propio Coppola había estrenado otra historia de pandillas juveniles con "La ley de la calle" (Rumble Fish, 1983), un hipnótico relato poco convencional en su formato que incluía incluso toques oníricos.

Nueva York, 1972. Charlie (Harvey Keitel) es un joven italoamericano de 27 años que trata de ascender en la mafia de Nueva York, pero dicho ascenso se ve obstaculizado por su sentimiento de responsabilidad hacia su imprudente amigo, Johnny Boy (Robert De Niro).

Rusty James (Matt Dillon) es un joven que sueña con volver a los tiempos de las pandillas juveniles para emular a su hermano mayor (Mickey Rourke), que en su día fue líder de una de ellas y que arrastra una reputación de rebelde e intocable como "el chico de la moto". Pero ahora su hermano ya no está, pues hace dos meses que se marchó, y a Rusty le han citado para una pelea.

Nueva York, 1963. En la radio suenan The Four Seasons, Smoke Robinson, The Shirelles y Ben E. King. Las cosas no son fáciles en el Bronx. Los chicos forman bandas callejeras, como la de los Wanderers, integrada por los chicos de origen italiano. Las diferencias con las bandas rivales, a veces de otras razas, son irreconciliables. Y la violencia es el camino más directo para resolverlas.