En 1984, en la era de la perestroika, un grupo de arquitectos formaron una banda llamada Antis para una sola noche, una fiesta Nochevieja en Kaunas (Lituania). Eran tan buenos que los rumores corrieron como la pólvora. Creando shows con excéntrico vestuario y un sentido del humor que caricaturizaba la propaganda soviética, acabaron formando las "Marchas del Rock", eventos que concentraban a miles de personas.
Veinticinco cineastas, uno por cada estado de la Unión Europea, realizaron una película sobre sus respectivos países. Todas tenían el mismo presupuesto, debían estar ambientadas en el presente o en un futuro inmediato y durar cinco minutos. No había otras limitaciones, de modo que los autores tenían plena libertad para expresarse. Entre los directores figuran tanto nombres consagrados como voces nuevas dentro del panorama cinematográfico. Cada corto tiene su propia identidad, por lo que es posible establecer comparaciones fascinantes; pero, además, juntos ofrecen una imagen global de la Comunidad Europea a través de la fusión de esas distintas visiones conceptuales y creativas.