En una mansión entre las montañas japonesas y el mar, conviven recluidos dos músicos dedicados a la creación de sonidos puros, lejos de la fama y el éxito que conocieron tiempo atrás. Es el año 2015, y las ciudades más importantes fueron diezmadas por una plaga terrible, un virus altamente contagioso que provoca en los infectados un pavor insoportable, seguido de una desesperación abrumadora, y el inevitable suicidio. Una enfermedad mortal, sin cura: el síndrome "Lemming". Algunos creen que la cura está en los sonidos puros que logran los músicos. Rodeados de una naturaleza abandonada por el hombre, los músicos comienzan a tocar.
Imágenes abstractas que aparecen dibujadas directamente en pantalla a ritmo de tres piezas de jazz del trío de Oscar Peterson.
Dos bailarines de ballet interpretan un baile muy surrealista.
Cuando una banda de punk realiza su primera gira, la vida en la carretera resulta difícil cuando se les une un demonio devorador de hombres como roadie.
En The Very Eye of Night, Maya Deren se vuelve a apoyar en la danza, donde volátiles siluetas de bailarines al estilo de los dioses griegos danzan sobre un fondo de estrellas, como si estuvieran libres de toda gravedad.
Deren filma al bailarín Talley Beatty durante la ejecución de una danza compleja y rítmica a través de diferentes escenarios que nunca parecen estar separados. El film se realiza con un trabajo especial para la cámara, es decir, el estudio del cuerpo y del espacio físico están pensados para la cámara. El montaje y la edición terminan de configurar una obra en la cual el bailarín parece que se encuentra en un sinfín de escenarios, como un bosque o una sala de una casa.