Salma vive en el pequeño pueblo palestino de Cisjordania, que se encuentra en la Línea Verde que separa Israel de los territorios ocupados. Sus huerto de limoneros es visto como una amenaza a la seguridad de su nuevo vecino, el ministro israelí de Defensa.
El abuelo ha dejado de hablar, pero nadie de la extensa familia Solé sabe la razón. Como cada verano, en Alcarràs, una pequeña localidad rural de Cataluña, la familia cultiva una gran extensión de melocotoneros.
Nabat y su marido Iskender, un ex-trabajador forestal viejo y enfermo, viven en una pequeña casa aislada lejos de la aldea. Una guerra se ha estado librando desde hace tiempo y su hijo fue asesinado en el frente. Su único medio de supervivencia es la venta de la leche de su única vaca que Nabat lleva a la aldea cada par de días. A medida que la sombra de la guerra se acerca el pueblo es abandonado poco a poco por sus habitantes. Tras la muerte de Iskender, Nabat tiene que sobrevivir en un pueblo ahora abandonado bajo la mirada de una loba.