John Harrington es un hombre atormentado, desde que presenció la muerte de su madre cuando era niño. Necesita asesinar para recordar aquella escena y así desahogarse, hasta averiguar la verdad sobre el asesino de su madre. Todas las novias que se echa son salvajemente asesinadas con su pequeña hacha, porque cree que, descubriendo lo que ocurrió aquel día, su mente volverá a la normalidad....

Mientras espera en la estación la llegada del tren que la conducirá desde San Francisco a Nueva York, Nikki Collins es testigo accidental de un asesinato que se comete en un inmueble cercano. Nadie cree su versión, incluida la policía que no descubre rastro alguno cuando llega al supuesto lugar de los hechos, excepto un famoso escritor de novelas policíacas, que está dispuesto a colaborar con ella para demostrar que, efectivamente, se ha cometido un crimen y hay un peligroso asesino en libertad.

Una pareja se ve obligada a tomar una desviación que la lleva a lo más profundo de los bosques noruegos, donde comienzan a sufrir una serie de incidentes demasiado extraños para ser coincidencias. Pronto descubren que ellos han sido elegidos para ser las estrellas de un macabro espectáculo, del que posiblemente no salgan con vida.

Estamos en un pueblecito a las orillas del Rin. Ahí los habitantes viven asustados ante las muertes que, de forma inexplicable, acontecen en la zona. Todo parece indicar que se trata de una fiera que ha escapado del bosque. Pero algunos no piensan así; algunos consideran que la culpable es Lorelei, la mítica sirena que vigila el oro del Rin y que ha vuelto de su letargo milenario.

Un ex artista de circo huye de la policía, que lo busca por ser sospechoso de la ola de crímenes que aterra medio Londres, y busca venganza por el asesinato de su esposa.

Después de realizarse una prueba de sangre, Andro comienza a ser acechado por un ente cuyas intenciones no son buenas.