En 1879 y tras la sangrienta Guerra Civil norteamericana, mucha gente emigró hacia el oeste del país en busca de prosperidad y fortuna. entre ellos, Wyatt Earp, un hombre de la ley que había abandonado la placa y la pistola para formar una familia, o John "Doc"Hollyday, un ex caballero del sur reconvertido en pistolero y jugador.

Gabor, un lanzador de cuchillos, le salva la vida a Adèle cuando estaba a punto de arrojarse desde uno de los puentes del Sena. Adèle siempre ha sido una mujer desdichada. Gabor es un poco mentiroso, pero en el fondo tiene buen corazón. Finalmente, los dos se van a vivir juntos, pero Adèle tiene un problema: es una persona mentalmente inestable que se cansa pronto de todo.

Mike McDermott, además de estar estudiando derecho, es un rounder, es decir, un jugador de cartas de los que nunca pierden. Cuando su mejor amigo, Les "Gusano" Murphy, sale de la cárcel y descubre que sigue debiendo una importante cantidad de dinero a un peligroso delincuente, decide volver a jugar, a pesar de las advertencias de su novia y de su mentor en la Universidad. La partida de póker en la que se propone participar para ayudar a su amigo se disputará con algunos de los jugadores más siniestros de la ciudad, entre los que se encuentra el pérfido Teddy KGB.

Ambientada en octubre, mes de intensa fe religiosa que envuelve a la protagonista, la historia muestra el universo rígido de una mujer policía, Rosa Chumbe, que repentinamente debe recuperar sus costumbres maternales como una inopinada abuela, cuando Sheyla, su hija de 18 años, le robe y de manera unilateral decida abandonar a su hijo y dejárselo.

Wyatt Earp es miembro de un familia de granjeros de Iowa que, al no prosperar su negocio, deciden participar en la Conquista del Oeste. En los nuevos estados que ya forman parte de los Estados Unidos reina la anarquía, por lo que Wyatt Earp decide hacerse agente de la ley, con todos los riesgos que comporta. Pronto hará amistad con Doc Holliday, un personaje mítico con un pasado que le precede y que le ayudará en unos momentos muy especiales.

Hubert Fiorentini es un inspector de policía con unos métodos un poco ortodoxos, pero con un tierno corazón, al que obligatoriamente le darán unas vacaciones forzadas, ya que acaba de pelearse con el hijo del jefe de policía. Dos días después recibe la llamada de un abogado desde Tokyo, informándole que Miko, la mujer de su vida, que había desaparecido hacía 20 años, había muerto. Y lo que le había dejado en el testamento, no era ni dinero, ni presentes, ni nada material; le había dejado a su propia hija, Yumi, una extravagante adolescente, adicta a ir de compras, y con doscientos millones de dólares en su cuenta.

Federico tiene el don de arrebatarle la suerte a los que le rodean. Trabaja gafando a los jugadores en racha en un Casino edificado en un desierto de lava, propiedad de Sam, un superviviente del holocausto judío. Retando a Sam, Federico es expulsado del paraíso y su don es anulado por Sam. Años más tarde Federico cree haber encontrado en Tomás, único superviviente de un accidente aéreo, el instrumento de su venganza para volver al Casino y retar al Dios del Azar con un muchacho tan poderoso como él, al que enseñará cómo controlar la fortuna. Aquí comenzará un viaje iniciático en el que ambos tendrán que cumplir un circuito de pruebas a cual más extraña, apostando la suerte de los demás. Todo irá bien hasta que una policía obsesionada con la muerte de su familia en un accidente de coche, persigue a Tomás y Federico con la intención de descubrir la realidad de esta red de juegos clandestinos, en los que la muerte y la suerte se confunden. En los que uno solo puede salir intacto...

La Yakuza, una poderosa organización ancestral japonesa, trata de implantarse en Los Angeles extorsionando a los comerciantes de Little Tokyo, así como hacerse con el mercado norteamericano introduciendo una droga sofisticada envasada en botellas de cerveza. Dos jóvenes policías, en misión secreta, tendrán que desarticular el brazo armado de la Yakuza, la "Garra de hierro", cuyo jefe es conocido de uno de ellos.

Hank Chinaski envía sus poemas y relatos a revistas literarias, que rechazan siempre su trabajo. Para pagar su modesto alojamiento y su adicción al alcohol, realiza trabajos eventuales como obrero, portero o taxista. Su principal objetivo nunca fue ganar dinero para vivir lujosamente; lo que a él le gusta es apostar en el hipódromo, poder amar a dos mujeres (Jan y Laura) tan aficionadas al alcohol como él, observar las pequeñas cosas y, sobre todo, escribir. Cuando Jan lo abandona por otro hombre, Hank recibe la inesperada llamada de una prestigiosa revista literaria.

Un productor de televisión adicto a la bebida y al juego va a Las Vegas con el fin de convencer a una sobrina que tiene problemas para que ingrese en un centro de rehabilitación.