Dos jóvenes judíos norteamericanos, Simone Zimmerman y Eitan, son criados para defender el Estado de Israel a toda costa. Eitan se alista en el ejército israelí. Simone apoya a Israel en «el otro campo de batalla»: los campus universitarios de Estados Unidos. Cuando ven con sus propios ojos los malos tratos que Israel inflige al pueblo palestino, quedan horrorizados y con el corazón roto.

Una noche en un bar, un viejo amigo cuenta al director Ari Folman que tiene una pesadilla recurrente en la que le persiguen 26 perros. Cada noche, el mismo número de animales. Los dos hombres llegan a la conclusión de que hay una conexión entre su sueño y una misión del ejército israelí durante la primera Guerra del Líbano de los años ochenta. Ari se sorprende de no poder recordar nada más de ese periodo de su vida.

Cuenta la historia de una de las fuentes de información más valoradas por Israel, el hijo de uno de los líderes de Hamás. Con el nombre en clave de Príncipe verde, fue captado para espiar a su propio pueblo durante más de una década. El relato se centra en su compleja relación con su superior, y es una fascinante historia de terror, traición, decisiones imposibles y una amistad que se enfrenta a todos los límites.

Tras la última agresión israelí sobre la Franja de Gaza, una vez cesan los bombardeos, la realidad del conflicto desaparece de los medios de comunicación. El documental es un viaje a Gaza, en el que a través de diversos personajes conocemos la vulneración de derechos humanos que sufren diariamente y la situación de bloqueo y posguerra por la que trata de sobrevivir la población palestina en la Franja de Gaza. Un viaje a través de sus ciudades, sus gentes y también, de alguna manera, de su historia bajo la ocupación de Israel.

Veinticinco cineastas, uno por cada estado de la Unión Europea, realizaron una película sobre sus respectivos países. Todas tenían el mismo presupuesto, debían estar ambientadas en el presente o en un futuro inmediato y durar cinco minutos. No había otras limitaciones, de modo que los autores tenían plena libertad para expresarse. Entre los directores figuran tanto nombres consagrados como voces nuevas dentro del panorama cinematográfico. Cada corto tiene su propia identidad, por lo que es posible establecer comparaciones fascinantes; pero, además, juntos ofrecen una imagen global de la Comunidad Europea a través de la fusión de esas distintas visiones conceptuales y creativas.