Una joven adolescente que vive en Baltimore en los años 60, sueña con aparecer en un programa de baile en televisión.

En tiempos de Brézhnev, Andreï Filipov, el mejor director de orquesta de la Unión Soviética, estaba al frente de la célebre orquesta del Bolchoï. Pero fue destituido, pues se negó a despedir a los músicos judíos, entre los que estaba Sacha, su mejor amigo. Treinta años después, sigue trabajando en el Bolchoï, pero como hombre de la limpieza. Una tarde en que se queda trabajando hasta muy tarde, descubre un fax dirigido al director del Bolchoï, en el que el Teatro del Châtelet invita a la orquesta a dar un concierto en Paris. Entonces, a Andreï se le ocurre una idea peregrina: reunir a sus antiguos amigos músicos con el fin de que suplanten a los músicos oficiales del Bolchoï. Sería una oportunidad única de tomarse la revancha.

El pajarraco más querido de Pelotillehue emprenderá, junto a su tenaz sobrino Coné, una peligrosa aventura para rescatar a su desaparecida suegra Doña Tremebunda, abducida misteriosamente por una banda alienígena. Lo que no ha tomado en cuenta es que, mientras intenta reparar el error con la madre de Yayita, ésta será tentada románticamente por el insistente Pepe Cortisona. Adaptación cinematográfica del famoso cómic chileno de Pepo.

Ecky está bajo los palos para intentar parar el penalti decisivo en el último partido que su equipo disputa en la liga regional. Y no lo para. Si se tratara de Casillas, Barthez o Khan, los hinchas lo justificarían como una cantada pasajera o mejor aún, una noche movida cumpliendo con señoritas modelos. Como se trata de Ecky y toda la ciudad acaba de descubrir que es gay, por puro prejuicio popular bien arraigado: “los homosexuales si de algo no entienden es de fútbol”, lo condenan al ostracismo. Pero Ecky no sólo no se rinde, sino que comienza a ojear talentos para crear el primer equipo de fútbol gay de la historia. Y aún más: demostrará que, para jugar al fútbol, mejor arte y talento que testosterona y las pelotas, mejor sobre el césped que presumir de ellas.

Fernando es un perdedor. Un tipo gris, sin ambición, que trabaja como reponedor en un supermercado del barrio. En sus ratos libres es portero suplente de un equipo de fútbol de tercera regional. En toda la temporada no ha jugado ni un solo minuto, pero el último domingo de la liga el árbitro señala penalti y el portero titular se lesiona. Fernando tiene que ocupar la portería por primera vez. Si para el penalti, el equipo del barrio se proclamará campeón y subirá de categoría. Si no, todo el esfuerzo de un año no habrá valido para nada.

Don Anselmo, acompañado por su hijo y su nuera, llega a la residencia de ancianos San Cándido, entristecido por el abandono de los suyos y la soledad que le aguarda. Pero allí se encuentra con algo inesperado: los cinco ancianos con los que tendrá que compartir dormitorio pertenecen a un equipo de fútbol