La cotidiana conversación entre Marta y su madre se convierte en una angustiosa situación contrarreloj cuando la primera recibe una llamada de su hijo, que solo tiene seis años. En la llamada, este le dice a su madre que está en la playa y que su padre se ha marchado sin decir adónde...

Tras perder la memoria, Yoko confía en su amiga Cintia para enfrentarse a la realidad. La casa en la que viven parece tomada por una fuerza nocturna que despierta visiones aterradoras en Yoko. Poco a poco, Yoko está saliendo de la amnesia solo para descubrir que los recuerdos que recupera nunca deben recordarse.