En una megalópolis del año 2000, los obreros están condenados a vivir recluidos en un gueto subterráneo, donde se encuentra el corazón industrial de la ciudad. Sin embargo, incitados por un robot, se rebelan contra la clase dominante y amenazan con destruir la ciudad exterior. Freder (Gustav Frölich), el hijo del soberano de Metrópolis, y María, una muchacha de origen humilde, intentarán evitar la destrucción apelando a los sentimientos y al amor.

Sentado en un banco de un parque, Francis anima a su compañero Alan para que vayan a Holstenwall, una ciudad del norte de Alemania, a ver el espectáculo ambulante del doctor Caligari. Un empleado municipal que le niega al doctor el permiso para actuar, aparece asesinado al día siguiente. Francis y Alan acuden a ver al doctor Caligari y a Cesare, su ayudante sonámbulo, que le anuncia a Alan su porvenir: vivirá hasta el amanecer.

Dos jóvenes enamorados viajan en diligencia y, de repente, se une a los viajeros un misterioso desconocido. El vehículo se detiene en una posada, y el desconocido desaparece con el joven. La muchacha busca desesperadamente a su novio y, cuando descubre que es la Muerte quien se lo ha llevado, le implora que se lo devuelva. La Muerte le muestra tres velas (vidas) a punto de extinguirse y le explica que sólo podrá recuperarlo si logra salvar alguna de ellas.

Un hombre modesto, sin saberlo, tiene un bebé con una mujer de una familia acomodada. A través de una serie de coincidencias se reúne con su hija, lo que obliga a la familia a enfrentar sus secretos.

Un trabajador del ferrocarril ofrece a un colega quedarse a vivir en su casa, pero cuando una noche necesita a su amigo para que detenga un tren descontrolado, éste se niega y, en cambio, se va a casa del ferroviario para acosar a su esposa.

La granjera Olga Ström es seducida por Hans Brandt, que pronto la abandona, aunque ella está embarazada.