En un futuro próximo donde las emociones se han convertido en una amenaza, Gabrielle finalmente decide purificar su ADN en una máquina que la sumergirá en sus vidas anteriores y la liberará de todos los sentimientos.

Lucía, de cincuenta y tantos, tiene cáncer. Su hija Cecilia la cuida. La enfermedad las separa. Pero en ese momento reciben la visita de un enfermero y viven un momento absurdo e inesperadamente feliz.

En la víspera del día más importante para Esperanza, su abuela sólo puede pensar en su hija, de la cual no tiene noticias. Mientras tanto debe mantener la cordura y firmeza aun cuando cada momento se hace más difícil.