Más de una década de trabajo y cerca de treinta mil dibujos necesitó el animador japonés Keita Kurosaka para darle forma a Midori-ko, un deslumbrante, hiperclimático “cuento de hadas paranoico”, como ha sido llamado. La historia comienza dibujada con crayones, con la pequeña Midori soñando con un colorido mundo de vegetales. En vez de eso, adonde viaja ya de adolescente es a un futuro posapocalíptico, surrealista y grotesco como una pesadilla de Jan Svankmajer, y que sufre una grave escasez de alimentos. Ni el hambre ni los estrafalarios vecinos/mutantes del edificio en que vive logran debilitar la convicción vegana de Midori. Mientras tanto, en un laboratorio, cinco científicos consiguen desarrollar “la comida de los sueños”, una que es al mismo tiempo carne y verdura. (FILMAFFINITY)

Llega el día en el que Berta y Javi tienen que despedirse tras su affaire veraniego, pues una nave espacial viene a buscar a Javi. Pero, ¿y si no viene?

Gotas negras caen de las llaves de agua, se asoman por los desagües, inundan la ciudad. Las hermanas Paula y Teresa, atrapadas en su departamento, no pueden hacer más que observar a aquella extraña sustancia apoderarse de su vida. Hipnotizadas, sin ningún lugar al que ir, entran en contacto con el líquido. Poco a poco, la realidad comienza a distorsionarse y las hermanas se pierden en ella.