Narra en clave de humor la vida, amores y excentricidades de dos jóvenes cajeros de New Jersey. Un joven se ve obligado a quedarse despachando en un supermercado en su día libre, ante la ausencia del jefe. Por la tienda pasan muchos personajes curiosos.

Irreversible. Porque el tiempo lo destruye todo. Porque algunos actos son irreparables. Porque el hombre es un animal. Porque el deseo de venganza es un impulso natural. Porque la mayoría de los crímenes quedan sin castigo. Porque la pérdida del amado destruye como un rayo. Porque el amor es el origen de la vida. Porque toda la historia se escribe con esperma y sangre. Porque las premoniciones no modifican el curso de los acontecimientos. Porque el tiempo lo revela todo: lo mejor y lo peor.

Abby Ritcher (Katherine Heigl) es una joven productora de un programa matutino de TV de Sacramento que tiene problemas para el amor. Su búsqueda de "el hombre perfecto" le ha dejado soltera y sin esperanzas, y está llegando a pensar que está incapacitada para el romance. A Abby le espera una buena cuando sus jefes deciden que forme equipo con Mike Chadway (Gerard Butler), un rudo personaje televisivo que promete desvelar la cruda realidad del por qué los hombres y las mujeres son como son. Sorprendentemente, Abby contará con la insospechada ayuda de su desagradable presentador, que la asesorará en sus citas, haciéndola pasar por una serie de sonrojantes pruebas para demostrar sus teorías sobre las relaciones. Pero las tretas del hombre les conducirán a un resultado inesperado.

El ejecutivo de publicidad Nick Marshall es un arrogante machista, pero ¿qué pasa con un hombre machista, cuando de repente escucha lo que piensan las mujeres? Nick no consiguió un ascenso que daba por seguro, porque se lo dieron a una mujer: Darcy. Pero después de un accidente, es capaz de oír los pensamientos de las mujeres, y utiliza este talento para trabajar contra Darcy, su nueva jefa.

En un futuro no muy lejano sólo unas pocas mujeres pueden tener hijos. Éstas, llamadas "doncellas", sólo pueden tener relaciones sexuales con el fin de procrear y deben cubrir su cuerpo, manos y rostro con una túnica roja que las identifica e impide que otros hombres puedan verlas. Kate —que tras ser entregada al Comandante Fred recibe el nombre Defred para identificar a quien pertenece— trata de escapar de esa fascistoide sociedad enfermiza, religiosamente fundamentalista y tiránica, aunque sabe que cualquier transgresión está penada con la muerte, como le recuerdan constantemente los cadáveres colgados en las alambradas que rodean el estado de Gilead.

Jerry sospecha de la infidelidad de su esposa y sigue a su amigo por una oscura madriguera de conejo hacia un paisaje de terror de adicción.